Cada vez nos gusta más cuidarnos y cuidar nuestra alimentación, y el aceite de oliva es un ingrediente que suma puntos a diario en nuestra dieta. Nadie discute ya las bondades de la dieta mediterránea y su impacto positivo en un estilo de vida saludable.
Por eso, queremos presentarte un producto de extraordinaria calidad y con características que lo hacen insustituible en la mesa de quienes saben disfrutar del buen comer. Se trata del aceite de oliva de Ibiza.
Un aceite con especial singularidad
Ibiza es uno de esos paraísos naturales que aún podemos disfrutar. De clima benigno y naturaleza rica y generosa, esta tierra tiene todo a su favor para poder presumir de una gastronomía única y con personalidad.
Uno de los productos más tradicionales de la isla es el aceite de olivar. Traído a estas tierras por el pueblo fenicio, su elaboración ha pervivido hasta nuestros días, gracias a un gran número de productores que se afanan en un cultivo de calidad, tanto ecológico como integrado.
Aunque se están introduciendo algunas nuevas, las variedades más extendidas son la arbequina, picual, empeltre, hojiblanca y la payesa ibicenca. Cualquiera de ellas con características y propiedades óptimas para su uso gastronómico.
Su alto contenido en grasas monoinsaturadas y ácido oleico hacen de este alimento un producto cada vez más demandado por quienes desean llevar una dieta saludable. Además, la presencia de antioxidantes, y otros nutrientes de tipo anti inflamatorio, contribuye a reducir los niveles del colesterol perjudicial y los radicales libres, combatiendo el envejecimiento prematuro.
Si a esto añadimos una elaboración artesanal, siguiendo las pautas de una tradición centenaria, y las especiales características de sabor que le otorgan las peculiares condiciones medioambientales de la isla, estaremos ante un producto ideal para la salud y de alto valor gastronómico.
¿Por qué elegir aceite de Ibiza?
La producción de aceite en Ibiza suele estar ligada a familias de artesanos que llevan generaciones dedicándose al cultivo del olivar. Lo que da como resultado un producto final mucho más selecto.
Una serie de afortunadas circunstancias climatológicas, como la humedad ambiental (estamos rodeados por el mar) y la calidez de los vientos sureños, contribuyen a imprimir en nuestros aceites un sabor inconfundible, incomparable y persistente, imposible de imitar.
Además, la elaboración artesana le añade valor, pues al estar sometida a regulación legal, ofrece garantías adicionales de calidad, tanto en la materia prima utilizada, como respecto al control de la producción, siempre limitada y sin componentes artificiales en el proceso productivo.
El proceso de elaboración emplea esa materia prima que la tierra ofrece y la trabaja con mimo, atendiendo al detalle, siguiendo antiguas recetas tradicionales, para obtener un producto final de excelente calidad y gran valor etnológico y cultural.
Esta armonía entre tradición, cuidado del medio ambiente y sabor artesano, sin olvidar las técnicas más punteras de control de calidad, hacen del aceite de olivaibicenco uno de los más apreciados.
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